Un solo producto, infinitos looks: el auge del maquillaje multiuso.

Hay una razón por la que todo el mundo habla ahora mismo de los sticks de maquillaje. Son rápidos, fáciles de usar y funcionan prácticamente en cualquier parte del rostro.


Una sola barra o stick puede ser tu colorete, tu sombra de ojos y tu pintalabios, por lo que no es necesario llevar cinco productos diferentes. Cuando tienes la agenda llena o simplemente no te apetece seguir tu rutina completa, tener un producto que lo hace todo puede parecer un pequeño atajo de belleza que querrás usar una y otra vez.


Lo que los hace aún mejores es cómo se sienten en la piel. Cremosos, suaves y modulables, la mayoría de los sticks se aplican con los dedos, sin necesidad de pinceles. Tanto si buscas un look natural como si quieres crear algo más atrevido, se funden con un mínimo esfuerzo. Es una forma más ligera y fresca de maquillarse, especialmente cuando hace calor y no apetece llevar capas pesadas.


La clave es que, al utilizar un solo producto en todo el rostro, se consigue un acabado natural y equilibrado. Todo combina a la perfección sin parecer recargado. Y no hace falta ser una experta en maquillaje para conseguirlo. Basta con aplicar, dar unos toques y listo. Es un maquillaje que se adapta a la vida real, y eso es lo que hace que merezca la pena volver a utilizarlo.