Sí, la vainilla es un clásico, y estas fragancias demuestran por qué.
La vainilla nunca desapareció del todo, pero ahora está viviendo un momento de gloria. Antes considerada demasiado segura o demasiado dulce, ahora ocupa un lugar destacado en fragancias maduras, con carácter y totalmente adictivas.
El cambio no se trata solo de modas pasajeras. También responde al deseo de comodidad que no aburre. La vainilla ofrece exactamente eso.
Por un lado, evoca a la piel cálida y suaves jerséis. Por otro lado, se mezcla con humo, especias o resina para crear algo que permanece en la piel mucho tiempo después de aplicarlo. Estas nuevas versiones no son empalagosas, sino suaves, con matices y un poco inesperadas.
Y quizá por eso sigue funcionando. La vainilla te recuerda algo que te encantaba antes de que pudieras expresarlo con palabras. Pero ahora también se percibe de otra manera. Más refinada, más compleja, más tuya.