El negro no es solo para el invierno: aquí te explicamos cómo darle sentido ahora.

El negro en verano es una de esas elecciones de estilo que parecen un error hasta que te lo pones. Mientras el resto del mundo se decanta por los tonos pastel y los estampados tropicales, hay algo satisfactoriamente maduro en elegir el color sin color.


El truco, por supuesto, está en el tejido. Algodón negro, lino negro, seda negra... cualquier material que se mueva, transpire o se suavice con la luz.


El negro siempre funciona, especialmente en las ciudades. Destaca entre la multitud, estiliza la silueta y evita tener que pasar el día preguntándote si ese vestido naranja tan llamativo es demasiado para un martes.


Combínalo con rafia, con capas transparentes y con las piernas al descubierto. No tiene por qué ser recargado. De hecho, con el tejido adecuado, resulta más fresco que un look pastel de pies a cabeza.


Así que no, no tienes que renunciar a tu tono favorito solo porque brille el sol. Un vestido negro, una camisa negra holgada, unos pantalones anchos... Estas son las prendas que te permiten disfrutar del verano a tu manera.