Tu fragancia para el verano, resuelta: los perfumes que todo hombre debería conocer.

El verano pide un cambio, no solo en tu vestuario, sino también en tu aroma. Cuando el aire se vuelve más cálido, tu perfume también debe ser más ligero.


En otras palabras, es hora de dejar a un lado las mezclas intensas de invierno y dar paso a algo más fresco: cítricos ácidos, una brisa salada, quizá un toque de hierbas trituradas o vegetación que huele a sombra en un día caluroso.


Piensa en notas como la bergamota, el neroli o el pomelo para un comienzo limpio y cítrico. Los aromas marinos con un toque mineral o de madera flotante aportan esa sensación fresca y aireada sin caer en el cliché playero. El higo verde, el vetiver o incluso la albahaca pueden añadir un toque terroso que contrarresta el calor. Y si te gusta algo más cálido, prueba el almizcle suave o las maderas blancas, limpias pero sin resultar abrumadoras.


El objetivo es oler bien y de forma interesante. Además, un buen aroma para el verano no tiene por qué ser muy intenso. Solo tiene que permanecer contigo, haciendo su trabajo discretamente mientras tú haces el tuyo.