Protector solar con color: protección con ventajas

Los protectores solares han ido más allá de la protección básica con FPS, y ahora llegan las versiones con color, que aportan un extra. No solo protegen del sol, sino que unifican el tono de la piel, difuminan las pequeñas imperfecciones y crean una base natural y ligera, perfecta para el verano.


En otras palabras, es tu protector solar, primer y tinte para la piel, todo en uno.


El color añadido no es solo estético. Las fórmulas con pigmentos como los óxidos de hierro ayudan a bloquear la luz visible, incluida la luz azul de las pantallas y la luz solar, que con el tiempo pueden provocar pigmentación y manchas oscuras. Esto hace que los protectores solares con color sean especialmente útiles para cualquier persona propensa a tener un tono desigual o hiperpigmentación. Se trata de una mejora sutil que actúa de forma discreta pero eficaz, especialmente cuando se quiere evitar el maquillaje pesado en los días cálidos.


Y lo mejor es que no es necesario aplicar capas interminables.


Un buen protector solar con color suaviza y protege en un solo paso, lo que es ideal para esas mañanas en las que solo quieres aplicarte algo rápidamente y salir corriendo.


Como siempre, busca un factor de protección solar (SPF) de 30 o superior, y recuerda volver a aplicarlo. Con una pequeña cantidad es suficiente, pero es la constancia lo que realmente hace que el brillo (y la protección) duren.