Los bálsamos labiales están conquistando silenciosamente el mundo de la belleza, y aquí te explicamos por qué.

Algunas tendencias se anuncian con brillo y hashtags. Otras simplemente... suceden. En un momento estás buscando un bálsamo labial y, al siguiente, todo tu chat de grupo tiene opiniones muy firmes sobre cuál es el mejor bálsamo cremoso.


Y aquí estamos: los bálsamos labiales han pasado de ser un complemento secundario del cuidado de la piel a convertirse en el producto estrella.


Lo que los distingue no es solo su textura (aunque, sí, esa sensación acolchada y fundida es parte de su encanto). Es la forma en que realizan cuatro funciones en una: hidratación, brillo suave, un ligero toque de color y ese efecto suavizante que hace que tus labios parezcan hidratados y descansados.


Son un producto para el cuidado de la piel en forma de bálsamo labial, pero también son maquillaje y algo completamente diferente. Con una sola pasada, te sientes un poco más elegante sin hacer nada en absoluto.


Es lógico que se hayan impuesto ahora. Todo en el mundo de la belleza tiende a ser más suave: bases más ligeras, contornos difuminados y brillo natural. Los bálsamos labiales encajan perfectamente en esta tendencia. No llaman la atención, pero siempre están ahí, en el bolsillo, en el bolso o en el estante del baño.