Duerme para mejorar tu piel: así es cómo puedes maximizar tu descanso de belleza

Hay una razón por la que lo llaman sueño reparador. Mientras duermes, tu piel se pone a trabajar: se repara, se renueva y se reinicia después de todo lo que ha enfrentado durante el día. Cuando duermes, tu cuerpo se ralentiza, pero tu piel se acelera de la manera correcta.


No es solo un descanso para tu mente; es el mejor momento para que tu piel se recupere y se recargue.


Por la noche, la piel se vuelve más absorbente, más activa y más receptiva, y por eso precisamente la noche es el mejor momento para darle un poco de cuidado extra. Los niveles de hidratación disminuyen, la barrera se suaviza y se produce la renovación celular. Eso significa que un sérum con antioxidantes o retinol, seguido de una crema rica en ceramidas, aceites omega o ácido hialurónico, puede marcar la diferencia.


La clave es la constancia: una rutina de relajación regular, una cara limpia, un momento para hacer una pausa antes de acostarte. No tiene por qué ser complicado, solo intencionado. Cuando tu piel sabe que puede contar con esos pocos momentos de tranquilidad por la noche, se muestra ante ti a la mañana siguiente: más calmada, más suave y con un brillo tranquilo.